EL ALFAJOR
El alfajor es un dulce adoptado por la culinaria peruana que junto con los guargueros, ranfañote, Suspiro de Limeña y los turrones de Doña Pepa forman el grupo emblemático de la repostería del Perú. Pero el alfajor es un dulce peculiar que además de almendras, avellanas, miel, canela y otros componentes típicos de los dulces que llegaron con los españoles, lleva una serie de especias como el clavo de olor que le da su sabor característico, algunos le llegaron a echar el culantro.
El recordado asidonense Don Mariano Pardo de Figueroa, literato, filatélico y gastrónomo, mas conocido por su seudónimo de Dr. Thebussem, en su artículo sobre el alfajor, escrito en 1881, nos cuenta que el alfajor o bollo de alfajor, como se le llamaba antiguamente, es ‘un cilindro o croqueta, de once centímetros de altura por dos de diámetro y cincuenta gramos de peso, revestido de azúcar y canela, y cubierto de un papel, humilde o vistoso, que lo envuelve en espiral, plegándose con cierta elegancia en los extremos’.
Al alfajor cuando llega al Perú, su nombre primigenio era “alajú” lo que denota su indiscutible origen árabe. Etimológicamente viene de “al-has” que en árabe significa “relleno”. De ahí pasó a alajú o alhajú y más recientemente alfajor.
En Lambayeque, ciudad peruana, existe una especie de alfajor con sabor característico que le imprimen las especias, su color no muy grato a la vista, su textura y su forma y gran tamaño, hacen de este alfajor llamado cinematográficamente “KING KONG” un dulce poco atractivo a primera vista, que no está al alcance de todos los paladares, pero esta apreciación desaparece con el primer bocado o la primera degustación, por lo que el mismísimo Adan Felipe Mejia “El Corregidor”, gran defensor del alajú, aseguraba en el diario “La Prensa” que “se halla herido de muerte y próximo a desaparecer de la repostería peruana …”
Fuente: GastronomiaPeruEn Lambayeque, ciudad peruana, existe una especie de alfajor con sabor característico que le imprimen las especias, su color no muy grato a la vista, su textura y su forma y gran tamaño, hacen de este alfajor llamado cinematográficamente “KING KONG” un dulce poco atractivo a primera vista, que no está al alcance de todos los paladares, pero esta apreciación desaparece con el primer bocado o la primera degustación, por lo que el mismísimo Adan Felipe Mejia “El Corregidor”, gran defensor del alajú, aseguraba en el diario “La Prensa” que “se halla herido de muerte y próximo a desaparecer de la repostería peruana …”
Nota de Lucy Valdivieso de cookingwithlucylu.blogspot.com
Gracias al texto anterior, que encontré en el blog Gastronomía del Perú, he podido encontrar el simpatiquísimo blog de Sebastian Danmunt, un español, historiador y gastrónomo, que nos introduce a la historia de la procedencia del alfajor en su blog Libroscocina en laverdad.es. Allí nos presenta extractos del libro del Dr. Thebussem, sobre los Alfajores de Medina Sidonia, en los que definitivamente se corrobora lo anteriormente dicho, sobre la procedencia española y árabe del famoso alfajor, al que designamos como uno de nuestros dulces típicos peruanos. También se encuentra una fantástica receta antigua del alfajor...Imagínense que hasta semillas de cilantro tiene! Si pueden encontrar su equivalencia en las medidas actuales, cosa que pueden hacer los cocineros con cierta experiencia, podrían probar su pretendida exquisitez. Y aquí, en mi afán investigador, se los reproduzco como algo super interesante!
Es en el Diccionario de cocina, de Ángel Muro, donde si aparece nuestro autor:
“ … Thebussem (Doctor), Don Mariano Pardo de Figueroa Serna Manso de Andrade y Pareja, del hábito de Santiago, doctor en derecho civil y canónigo, correspondiente de la Real Academia de la Historia, del Instituto Arqueológico de Roma, de la Sociedad Histórica de Utrecht, de la Real Academia de Buenas Letras de Sevilla y cartero honorario de España. Se bautizó en la iglesia mayor de Medina Sidonia a 18 de noviembre de 1828. Las letras españolas tienen en el doctor Thebussem un esforzado paladín. Sus escritos son todos notables y pueden formar una gran biblioteca que el sabio no se desdeñaría en consultar. La gastronomía le debe mucho, y sus principales trabajos están en este DICCIONARIO para engrandecer nuestra ingrata tarea. Los Alfajores de Medina Sidonia Después de la portada, aparece un encarte: Se comprende que Thebussem no escribía con ánimo de lucro, pues solía regalar sus libros. ANTE-SCRIPTUM
LOS ALFAJORES DE MEDINA SIDONIA
APÉNDICES I.-Carta del Excmo. é Ilmo, Sr. D. Adolfo de Castro.
II.-Carta del Ilmo. Sr. D. Francisco María Montero. III.-Carta de D. Matías de Alba. IV.-Respuesta a la carta anterior, por el Dr. Thebussem. V.-Comunicación de la Sociedad de Gastrónomos y Cocineros de Londres. Dorso del libro |
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