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sábado, 11 de agosto de 2012

Güargueros


Con esta receta comienzo un pequeño grupo de indicaciones de cómo hacer algunos dulces clásicos limeños.  Estas recetas son del libro de cocina de mi mamá.  Me trae muchos recuerdos de cuando éramos niños y ella los hacía para nuestras fiestecitas de cumpleaños. Los hacía con una semana de anticipación y las guardaba en latas para ese día.  Como hacía tantos dulcecitos, no le hubiese alcanzado el tiempo si no lo hubiese hecho así.  Hay veces las latas no sobrevivían porque nosotros revoloteamos como pajaritos alrededor de ellas, y al menor descuido....juácata!....nos engullíamos uno o dos dulces de golpe.  Después había que aguantar a la vieja y a sus rezondrones!  Finalmente, era un placer llegar a ese día especial y recibir a nuestros amiguitos y a SUS REGALOS y poderlos convidar con una mesa llena de sanguchitos coloridos...tricolores, de aceitunas molidas con nueces y mayonesa, de pollo con apio picadísimo y mayonesa hecha en casa, de jamón con queso, butifarritas, etc...y allí estaban las empanaditas, y los dulces! Habían guargueros, alfajores, niditos, voladores, galletitas de mantequilla, lenguas de gato, bolitas de chocolate, bolitas de mil sabores y formas, etc.  Nosotros vivíamos orgullosos porque en esa epoca mi mamá era conocida por buena pastelera.
Bueno, los guargueros eran mis favoritos. Seguidos de los voladores, que tienen la misma masa. La diferencia es que los primeros se fríen en forma de conos, y los segundos, se hornean.
Como me encanta saber un poco sobre la historia de la comida, quiero decirles que estos son conocidos por los mexicanos como "gaznates".  Los italianos tienen un dulce parecido que se llama canoli y cuyo interior está relleno de una crema de queso crema con azúcar.
Se dice que guargueros se originaron en el Sur del Perú, en Tacna, Arequipa, Moquegua y Cusco. 
Los diversos dulces que conocemos, se originaron con la llegada de los españoles, que trajeron el azúcar, las vacas productoras de leche, las nueces y almendras.  A su vez, ellos heredaron estas tradiciones de los árabes y judíos.  Las mujeres, los confeccionaban para sus casas, en las que siempre tenían que ofrecer algo a las visitas; y  las monjitas de los conventos, los vendían para ayudarse con estos ingresos a su manuntención.
De esta influencia surgen los guargueros, merengues, alfajores, buñuelos, hojaldres, budines y rosquillas.
La producción de dulces moqueguanos compone una actividad femenina, vinculada a todas las festividades importantes. Durante la vinificación se empleaban cientos de claras de huevos para clarificar los vinos. Las yemas eran usadas en numerosos postres, como por ejemplo el famoso alfajor de penco, los huevos molle, los guargüeros y los flanes.
En el verano, el excedente de las cosechas de frutas era convertido en conservas. En las otras épocas con los huevos, que siempre se tenía la precaución de tener en abundancia, se elaboraban biscochuelos, hojuelas, pastitas de almendras, buñuelos, galletas y tortitas de maíz.
Receta de los Guargueros:
Para aproximadamente 100 dulces:
10 yemas de huevo
10 cucharadas de harina
Un poquito de coñac o Cinzano.
Preparación:
Se echa la harina sobre una mesa para amasar.  Se hace un hoyo y al medio se echan las yemas. Se unen con la harina y después de le echa un poquito de cinzano. Se sigue amasando y si se pega en las manos, se le echa un poquito más de harina.  Hay quienes le echan a esta masa como dos cucharadas de mantequilla, pero mi mamá no lo hacía y le quedaban riquísimos...aparte de que ahorraba sus buenas calorías.  Cuando la masa ya no se pegue en las manos, se golpea varias veces contra la mesa dándole vuelta a la masa y después se aplana con el rodillo.  Se hacen cuadraditos y despues se unen las  puntas opuestas,  humedeciéndolas y pegándolas con un poquito de cinzano o cualquier licor aromático como pisco o whisky.  Freirlos, sumergiéndolos en una olla con aceite vegetal bien caliente  y ayudándose con un fierrito o cañita de madera larga metida dentro del orificio, cuidando de que no se quemen, sino que se doren y queden de un color caramelo.  Sacarlos y ponerlos sobre papel manteca hasta que enfríen.  Se guardan en latas, y al día siguiente se rellenan con manjarblanco hecho a mano o hirviendo una lata de leche condensada por dos horas (voltearla después de una hora y seguir hirviendo,sin descuidar la cantidad de agua porque puede explotar si se consume. Cuidarse también de no abrir la lata hasta que se enfríe.  En el mercado venden las latas del dulce de leche o manjarblanco ya hecho, pero a precios altos).  Después, se espolvorean con azúcar en polvo.  Ah!  Y convídenle a sus hijitos el bendito dulce "para que no se les rompa la hiel".

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